¿«Tenemos el arte para no morir a causa de la verdad»? No, no es lo que crees

La frase de Nietzsche: "Tenemos el arte para no morir (a causa) de la verdad", se volvió un lugar común, un amuleto de autoayuda. Ya la conocés. Aparece en tazas, en el perfil de alguien que comparte poesía, en sobrecitos de azúcar. La hemos domesticado hasta creer que sugiere un refugio: una manta contra el frío de lo real. Es un error.
Porque la verdad en Nietzsche no solo es incómoda; es violenta y caótica. Es un huracán que desgarra, un ácido que disuelve toda certeza. Mirarla de frente no entristece; despedaza.
Frente a eso, el cliché ofrece un arte-bálsamo, un analgésico. Pero el verdadero arte nietzscheano no es un escudo; es un arma mejor afilada que la verdad. No se trata de esconderse de la tormenta, sino de aprender a respirar dentro del tornado, de robarle sus relámpagos para escribir con ellos. La verdad te muestra el abismo; el arte te enseña a cabalgar sobre el lomo del monstruo.
Hace un tiempo escribí la siguiente descripción para explicar lo que hago, intenté capturar la idea de la escritura como la fuerza para sostener las riendas del caos:
"Hoy dejo cabalgar libres a mis bárbaras fantasías sobre el negro lomo de las terribles bestias de tinta, lanzadas a fuerza de dientes, hierros, suspenso y garras; a la conquista de las níveas estepas en el incalculable Imperio Ficticio".
Creo que el arte no consuela: desgarra para luego suturar con hilos de oro, dejando una cicatriz más fuerte que la piel original. La tragedia griega, que obsesionaba a Nietzsche, no era un cuento reconfortante; era una carnicería metafísica que, sin embargo, fortalecía: era el espectáculo de un hijo descuartizando a su madre, de un rey arrancándose los ojos, de un héroe devorado por su propio destino. El arte toma el grito puro de la existencia y lo obliga a pasar por la garganta de un coro, sometiéndolo a ritmo y forma. Convirtiendo el dolor en canto.
Por eso el cliché es un insulto. Reduce el arte a sedante, cuando Nietzsche lo concibió como espuela. La próxima vez que escuches esa frase, no pienses en un refugio o una distracción. El arte debe hacerte capaz de sentir todo el horror de la verdad sobre los hombros y, no solo seguir en pie, sino bailar bajo su peso.
La frase de Nietzsche: "Tenemos el arte para no morir (a causa) de la verdad" , se volvió un lugar común, un amuleto de autoayuda...
¿Por qué Sísifo es feliz?

Uno debe imaginar a Sísifo feliz, dice Camus. Pero si la piedra es un castigo, ¿dónde reside esa felicidad? No puede estar en alcanzar la cima, porque es solo un instante que la gravedad arrebata de inmediato. Tal vez se encuentre en el descenso, cuando Sísifo, consciente de su destino, decide hacer suya la piedra. Es una felicidad que no reside en la victoria, sino en la dignidad con la que carga su piedra. Una alegría que nace de la fortaleza de quien elige aceptar sus problemas, sus miserias, sus pérdidas, sus límites, el peso de los años, la indiferencia del mundo y el vértigo de su propia libertad. En definitiva, de quien decide aceptar su vida. Y ante la montaña inconmovible que se erige enfrente, decide empujar, una y otra vez, hallando significado no en la cima, sino en la fuerza con la que empuja.
Uno debe imaginar a Sísifo feliz, dice Camus. Pero si la piedra es un castigo, ¿dónde reside esa felicidad? No puede estar en alcanzar la ci...
El mito de Sísifo

"Hay que imaginarse a Sísifo feliz".
Camus me plantea si la vida merece ser vivida. Una pregunta tan incómoda como necesaria.
"Hay que imaginarse a Sísifo feliz". Camus me plantea si la vida merece ser vivida. Una pregunta tan incómoda como necesaria. ...
Atardecer de Buenos Aires

No subo cualquier foto. Solo aquellas que guardan instantes robados al tiempo —un susurro de luz, una momento fugaz—, esos fragmentos del mundo que me obligaron a abrir la cámara del celular. No son profesionales, ni lo pretenden: son mis capturas, las que tomé con lo que tenía a mano, las que me hicieron decir "vale la pena guardar esto". A fin de cuentas, subo lo que me roba una reflexión y nada más.
Hoy traigo un atardecer: una torre, avara, que atrapó el último oro del día entre sus ventanas.
No subo cualquier foto. Solo aquellas que guardan instantes robados al tiempo —un susurro de luz, una momento fugaz—, esos fragmentos del m...
Esto es lo que somos

Somos tinta y sangre. Si una se seca, la otra deja de correr por las venas.
#escritores ✒️🩸
Somos tinta y sangre. Si una se seca, la otra deja de correr por las venas. #escritores ✒️🩸
Ficciones

—¿Vos también sos ficción de alguien más? —me preguntó mi personaje principal.
No sé qué responderle.
¿Ustedes qué opinan?
—¿Vos también sos ficción de alguien más? —me preguntó mi personaje principal. No sé qué responderle. ¿Ustedes qué opinan?
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Javier E.G. Andújar
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