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Abandonado
Foto enviada por Jeremías, el lector número 4.

Como tantas otras buenas historias, esta también empieza con un abandono.

En 2014, mientras cruzaba el puente General Manuel Belgrano, decidí dejar un libro bajo su estructura. Fue la cuarta copia de "Antemeridiano", quedó allí, entre Corrientes y Chaco, en un lugar donde la naturaleza y el asfalto se encuentran, donde el flujo constante del río Paraná recuerda que el tiempo nunca se detiene. Ese abandono no fue un acto de olvido, sino una suerte de liberación, como si el libro debiera seguir su propio destino, lejos de mis manos.

Lo que nunca imaginé fue que aquel libro encontraría su camino de vuelta hacia mí, diez años después. Como un eco lejano que resuena en el tiempo, recibí un mensaje de un lector desconocido:

"Buenas tardes, se comunica con usted el lector número 4..."
Así comenzaba el mensaje que Jeremías me envío luego de buscarme en una red social. Él es un joven que en marzo de 2014, cuando apenas tenía diez años (o tal vez ocho), encontró el libro junto a su primo mientras jugaban bajo el puente. Aún no era el momento para leerlo, pero algo en ese hallazgo quedó grabado en su memoria. Pasaron los años, y aunque nunca lo leyó en su infancia, el recuerdo del libro lo acompañó como una especie de deuda pendiente: "por años tuve en mente aquel hombre mirando el frío y oscuro firmamento", mencionó, haciendo referencia al símbolo del hombre y la doble luna 🌒🌕, que dibujé hace tanto tiempo.

El mensaje de Jeremías llegó cargado de nostalgia y revelaciones. Contaba cómo, en medio de una mudanza reciente, redescubrió "Antemeridiano" en una noche lluviosa, en una casa que, parecía querer jugarle bromas pesadas. Esa fue la noche en que finalmente lo leyó, tras años de tenerlo en mente, convirtíendose en el vigésimo séptimo libro que leía en el año. ¿Cuántas veces un libro abandonado encuentra a un verdadero lector? La improbabilidad del encuentro es poética. Descubrí que también comparto con el lector número 4 la pasión por la aeronáutica, y será que todo está unido, los aviones y las historias tienen la misma capacidad de volar lejos.

Lo que más me conmovió fue la forma en que describía la experiencia, cómo el tiempo, a su parecer, era tan rápido y fluido como pasar de una página a otra en un libro. Jeremías no solo leyó las historias que escribí, sino que, de alguna manera, se conectó conmigo a través de ellas, trazando un puente invisible entre mi pasado y su presente.

Sucede en contadas ocasiones, pero no es la primera vez que percibo los hilos invisibles que mantienen unido al tiempo y a las personas. A lo largo de los años, he aprendido que los libros tienen una vida más allá de la que les damos cuando los escribimos o leemos. Es un poder misterioso, una voluntad propia para buscarte, para encontrarte justo en el momento en que más lo necesitas, pero menos lo esperas.

Este libro, al igual que otros, había salido de mis manos para seguir su curso, y me sorprende cómo ese acto aparentemente sencillo de abandono se convirtió en un punto de conexión con alguien que, diez años atrás, no era más que un niño jugando bajo un puente. Los libros, como el tiempo, tienen formas curiosas de actuar. Pueden permanecer dormidos, ocultos en rincones polvorientos o en el fondo de una estantería, pero, en algún momento, encuentran su camino de vuelta.

Los libros viajan por caminos que desconocemos, y cuando menos lo esperamos, vuelven a buscar lo que dejaron atrás. En este caso, no solo me buscó a mí, sino que también buscó a Jeremías, esperando pacientemente a que él estuviera listo para abrir sus páginas. Esa noche lluviosa, mientras el cielo se desplomaba afuera, Jeremías y yo compartimos algo más que un libro. Compartimos la experiencia de reencontrarnos con una parte de nuestras vidas que habíamos dejado atrás. Lo que para mí fue una liberación, para él fue un acto pendiente, que se cumplió diez años después.

Me alegra especialmente poder cerrar la historia de este libro abandonado, ya saben cuánto valoramos por aquí los finales cerrados.

El lector número 4 terminó su mensaje con estas palabras: "La espera ha valido la pena, este es el libro número 27 que leo en el año (si, me he vuelto lector y amante de aviones, puntos en común que tenemos al parecer). Mí relato favorito ha sido "El Pacto de Drago". Saludos cordiales, se despide, el lector número 4." Esas fueron sus líneas finales, y ahora voy a intentar las mías: Al final, ese libro no solo fue un objeto abandonado bajo un puente. Su capacidad de tejer hilos invisibles entre las vidas de quienes lo tocan, lo convierte en algo más grande que las palabras impresas en sus página.

Es increíble cómo nuestras creaciones tienen el poder de impactar a otros, mucho tiempo después de que nosotros mismos las hayamos olvidado.


La lista completa de abandonos y los comentarios de algunos de los descubridores están disponibles en el Registro oficial de Abandonos.

Foto enviada por Jeremías, el lector número 4. Como tantas otras buenas historias, esta también empieza con un abandono. En 2014, mientras c...

Continuando con la querida práctica de abandonar libros a su suerte en lugares públicos, esta vez le ha tocado a la ciudad de Villa María ser el nuevo hogar de algunos ejemplares. Hice un abandono masivo de cuatro libros en distintas ubicaciones de la ciudad, aprovechando mi visita a causa de la entrega de los premios "Primo Beletti", que organizó la Sociedad Argentina de Escritores de esa ciudad.

En frente al anfiteatro, en la costanera y en el puente viejo, donde los enamorados dejan sus candados. Allí quedaron los ejemplares. Disfruté mucho conociendo esta ciudad y su gente, y estoy muy agradecido por el reconocimiento que me han otorgado.


La lista completa de abandonos y los comentarios de los descubridores como siempre están en el Registro oficial de Abandonos.


Continuando con la querida práctica de abandonar libros a su suerte en lugares públicos, esta vez le ha tocado a la ciudad de Villa María s...

Como parte de mi visita a Villa María, Córdoba, hice un ya clásico abandono de libros. Es un gesto de agradecimiento a la ciudad y su gente por haberme recibido tan bien y por haber reconocido mi trabajo en un certamen tan importante como es el Primo Beletti.

El libro Nro. 11 fue encontrado el día de ayer, mismo día en que lo abandoné. Esta es una nueva marca de velocidad para un hallazgo. Fue encontrado incluso antes de que pudiera anunciar estos nuevos abandonos.

Aquí el comentario de la descubridora:

Hola: mi nombre es Maria Elisa de villa María Cba, salí a caminar por la costanera y frente a lago en un asiento encontré un libro, "ANTEMERIDIANO", libro nª11. Feliz de encontrarlo para leerlo y luego soltar...gracias!!! - Maria Venencia

Como parte de mi visita a Villa María, Córdoba, hice un ya clásico abandono de libros. Es un gesto de agradecimiento a la ciudad y su gente...

Siguen los abandonos en Finales Cerrados, están más vigentes que nunca. Este jueves fue el primer abandono masivo, seis libros puestos en libertad en la ciudad de Pergamino y alrededores. Todo esto aprovechando la volada de mi visita a la zona a causa de el acto de entrega de premios del Tercer Concurso "Julio Cortázar", organizado por el Círculo de Escritores Pergaminenses Independientes. Estas iniciativas tienen el color que a mí me gusta, por eso me puse de buen ánimo, buen ánimo de abandono. Como agradecimiento a la gente de la zona, dejé ir mis libros en distintas ubicaciones de la ciudad y alrededores.

La lista completa de abandonos y los comentarios de los descubridores como siempre están en el Registro oficial de Abandonos.


Siguen los abandonos en Finales Cerrados, están más vigentes que nunca. Este jueves fue el primer abandono masivo, seis libros puestos en li...

Tenemos un nuevo abandono, está vez en Plaza de Mayo:



Abandono Nº 3: Plaza de Mayo.

Olvidado cerca de las tumbas de los héroes, en una fuente de Plaza de Mayo (centro del centro del centro y naciente de diagonales), barrio de Monserrat; a las 21:36 hs. del viernes 13 de diciembre de 2013.

Tenemos un nuevo abandono, está vez en Plaza de Mayo: Abandono Nº 3: Plaza de Mayo. Olvidado cerca de las tumbas de los héroe...

¿A dónde van los libros perdidos?
¿Seguirán arrastrando sus historias cuando ya no los vemos? ¿A quiénes les hablarán al oído?
Vamos a descubrirlo.
El nuevo registro de abandonos está abierto. Es tiempo de dejar ir.

¿A dónde van los libros perdidos? ¿Seguirán arrastrando sus historias cuando ya no los vemos? ¿A quiénes les hablarán al oído? Vamos a des...